
Dirigir el casting de Dog House, el exitoso programa de TVE en colaboración con BOXFISH, ha sido una de las experiencias más humanas y enriquecedoras de mi trayectoria profesional. Detrás de cada historia que vemos en pantalla —ese primer encuentro entre una persona y su posible futuro compañero de vida— hay un proceso emocional, delicado y profundamente humano que comienza mucho antes de que las cámaras empiecen a grabar.
Mi labor ha consistido en encontrar a esas personas reales que están abiertas a adoptar, que buscan algo más que una mascota: buscan una conexión, una nueva oportunidad, una familia ampliada. Gente de todas las edades, perfiles y situaciones vitales, pero con un denominador común: el deseo sincero de ofrecer una segunda oportunidad a un perro abandonado.
Cada historia que seleccionamos es auténtica. Detrás de cada candidato hay un relato de vida, a veces marcado por la pérdida, la soledad, la ilusión o la necesidad de empezar de nuevo. Poder dar voz a estas personas y ver cómo muchas de ellas encuentran en el programa no solo a su perro ideal, sino también un nuevo comienzo, es algo que no tiene precio.
La adaptación española de Dog House ha sido especialmente gratificante. Hemos logrado mantener la esencia emocional del formato original, respetando la sensibilidad del proceso de adopción, pero aportando nuestro propio carácter, con historias locales que conectan directamente con el espectador. El trabajo conjunto con el equipo de BOXFISH y TVE ha sido clave para trasladar ese enfoque cálido y cercano que ha convertido al programa en un éxito.
Más allá del entretenimiento, Dog House es un programa que transforma vidas —humanas y animales— y haber formado parte de ello desde el corazón del proceso, desde ese primer encuentro entre una historia humana y un perro que espera su segunda oportunidad, es algo que llevaré siempre conmigo.